Santiago Levin: «La salud mental no puede confundirse con las disputas de la grieta»

El médico psiquiatra Santiago Levin, miembro del Comité de especialistas que asesora al Gobierno Nacional en las medidas contra el COVID19, habló con Luisa Valmaggia por Radio Cooperativa AM 770 sobre las controversias en torno a cómo encarar el impacto psicológico de la pandemia en la población.

«Se confunde con mucha facilidad un tema delicado como la salud mental con las disputas en torno a la grieta política. Entonces tenemos algunos voceros de un lado diciendo que se viene una ola de trastornos mentales imparables, y del otro lado gente que dice que la cuarentena, el confinamiento y la pandemia no ocasionan ningún daño a la salud mental» señaló el especialista.

En ese sentido, el psiquiatra recomendó tomar una posición intermedia, más equilibrada. «No existen datos metodológicamente serios que permitan generalizar en un comunicado cómo está la salud mental de todo el país. Es indudable que el año que viene, cuando todo esto pase, podamos hacer un relevamiento. La gente tuvo que hacer un cambio brusco de rutina. Decir que esto no tiene consecuencias en sentimientos tradicionalmente calificados como negativos, sería una necedad. Pero anunciar catástrofes en salud mental también parece un poco irresponsable» expresó.

Levin subrayó el hecho de que el impacto de la cuarentena sigue siendo diferente «según el sector social, las fragilidades previas, los recursos no sólo económicos sino intelectuales. No es lo mismo cuarentenear en uno de los 4 mil barrios carenciados que hay en el país. que hacerlo bajo techo y con la heladera llena. Por eso es muy difícil generalizar. Evidentemente hay mucha gente a la que la cuarentena no le vino mal pero es a la minoría».

Por otra parte, el especialista recomendó «no abusar de la metáfora bélica» para referirse al COVID-19 dado que esto puede «cosechar representaciones angustiosas que atentan contra la posibilidad del pensamiento crítico, al cumplimiento creativo y respetuoso de las medidas sanitarias, y contra la solidaridad. Porque los mensajes aterrorizantes generan reacciones paranoicas del tipo ‘Cuidémonos de los otros’, cuando en realidad el mensaje debería ser ‘Cuidémonos todos juntos’.

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