«Estamos frente a un verdadero proyecto de embrutecimiento social generalizado» Martín Kohan

El escritor y docente universitario Martín Kohan visitó Apuntes del Porvenir en laRZ y dialogó con Luisa Valmaggia sobre el suceso que reunió a cientos de escritores/as en el teatro Picadero para leer fragmentos de la Novela «Cometierra» de Dolores Reyes, entre otros textos cuestionados desde la fundación Morelli y la vicepresidencia de la Nación. «Me parece que fue una de esas instancias -hay otras también- en las que se sostiene y defiende lo que uno cree, que en este caso es la literatura y la libertad de expresión, la libertad, esa palabra tan invocada cuando se refieren a la desrregulación del mercado pero por momentos sentimos que es sólo para eso».

Consultado sobre la actitud ignorante del gobierno, Kohan expresó que «la ignorancia, que no es la ignorancia dada, porque hay cantidad de cosas que no sabemos, pero no es lo mismo eso que no sabemos y que funciona como un estímulo para la curiosidad y el deseo de saber. Qué pasa cuando está la intención de producir ignorancia, la voluntad y premeditación de impulsar la ignorancia y el no saber?. Porque me temo que esto que se generó tiene en su punto de partida una serie de consideraciones drásticas, autoritarias con vocación de prohibir en cabeza de personas que no leyeron la novela de Reyes. Si uno va a pronunciarse sobre algo, eso debe ser leído porque si no voy a hablar de algo que no sé y no me importa y esto se agrava con la responsabilidad institucional. Está en el punto de partida la validación de hablar de cualquier cosa sin leer».

El docente expresó que lo que está ocurriendo es «una especie de alud de la barbarie, que no sabés por dónde atajar primero. Acá no es solo interferir la lectura de ciertos textos, una embestida, sino que en el inicio está el no leer. En una primera instancia el afán estuvo puesto en jorobar a Kicillof y le pasan por encima a los libros, a la lectura, a la compresión de textos, a la educación, a la enseñanza, al saber, a todos. Pretenden dar una batalla cultural sin las herramientas necesarias para dar una disputa ideológica. Y no sé cómo sería dar una batalla cultural si está librada  por personas que no leen aquello sobre lo que están batallando. Es una batalla anticultural en todo caso, porque una batalla cultural se da entre lectura y lectura, entre interpretación e interpretación. Entre el saber y el ignorar, entre el leer y el no saber no sé si la llamaría batalla cultural. Es una embestida anticultural y una arremetida de censura. A lo largo de este año se produjeron ataques contra las expresiones culturales, artísticas con la coartada de que no hay plata, que hay una cuestión de financiamiento y si uno revisa en qué están poniendo la plata verá que hay mucha y eso se puede discutir. Pero acá no está esa variable de por medio y por eso se desnuda una verdadera intención que ha estado todo el tiempo porque sobre los libros no es más barato o más caro leer el libro. Acá no es el financiamiento, deciden no leerlo porque no les parece, es un punto alto de una vocación de ignorancia».

Kohan pidió que «dejen en paz a Domingo Faustino Sarmiento -ya que llamativamente les encanta rebautizar edificios- respétenlo un poco porque motorizan un plan de antilectura que es lo mas antisarmientino que existe».

Cuando se repasaron expresiones gestuales y frases del Presidente Milei sobre masturbación, o la dimensión del miembro de un burro, y tantas otras groserías; Kohan remitió a la «figura del mandril que refiere a una voluntad de violencia sexual. La idea del culo enrojecido, todo el día están pensando en eso, empezando por el Jefe de Estado que no pasa un día entero sin mencionar y pensar un nuestros culos enrojecidos. Eso pasa de largo, pero una elaboración literaria, que no asume la violencia, en todo caso la señala y la condena les hace producir un escándalo. Es desolador lo que ocurre. Un texto como Cometierra es una herramienta para contrarrestar situaciones de violencia y abusos. Lo del gobierno ya no es una ofensiva sobre una novela y una escritora, son varias. Hay una reacción y una vocación de censurar y de generar e impulsar la ignorancia y las redes están de por medio en todo esto, en el modo en que se generó y activó».

No obstante una mirada crítica sobre los nuevos soportes tecnológicos de comunicación, Martín Kohan expresó que de lo que se trata, como analizó en su momento Bertolt Brecht sobre la radio, es de discutir los usos posibles, ninguna tecnología tiene un carácter intrínseco, ni siquiera las destructivas. Las redes en buena parte muestran un uso que es muy funcional a este estado de cosas que estamos lamentando; la frase: no la ven, no entienden. En realidad no es así, es que no nos gusta, no nos convence, no estamos de acuerdo. No hay que tener una relación de docilidad o resignación frente al presente. Lo veo y me parece espantoso lo que veo. En esta época hay cosas que no están bien».

Sin embargo el escritor que considera que «trabajar con jóvenes es una experiencia muy iluminadora» destaca que ante los ataques virulentos y donde los estandartes de la ignorancia son esgrimidos desde el aparato del estado, la pregunta sombría que a veces dice: para qué? debe ser recuperada en un PARA QUE enfático que devuelva el deseo, porque es fundamental para poder construir».

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