Lo anticipamos en nuestra primera entrega del 2023 cuando dijimos que deberíamos estar atentos a un año definitorio.
Se trata nada más ni nada menos que de democracia o antidemocracia.
Lo que ocurrió en Brasil a una semana de asumido el presidente Lula Da Silva muestra la dimensión del desafío.
Fuerzas de derecha que reniegan del voto de la ciudadanía y de la voluntad popular y no trepidan en asaltar las instituciones de la república por la violencia.
No es nueva la experiencia. Lo hicieron en diciembre en el Bundestag Alemán, intentaron el magnicidio de CFK en la Argentina, desconocen en Bolivia el mandato y la ley (Camacho no concurre al Congreso a dar explicaciones), asaltan el Capitolio en EE.UU hace dos años…y así podríamos seguir enumerando los distintos intentos de desestabilización y toma del poder por grupos de derecha que desconocen el estado de derecho y las reglas jurídicas.
Lo único que podrá frenar esta andanada antidemocrática es la participación popular y el claro repudio de los gobiernos que apuestan a un modelo de desarrollo armónico, con inclusión, con distribución equitativa del ingreso, con más debate y más política.
De eso se trata, de sembrar conciencia y cosechar gobiernos con mayor autonomía y soberanía en las decisiones.