«Una batalla cultural apunta siempre al futuro» Mauricio Kartún.
El dramaturgo y director teatral Mauricio Kartún visitó Apuntes del Porvenir en laRZ y dialogó con Luisa Valmaggia sobre el primer año del gobierno de Javier Milei y sobre la batalla cultural que hay que dar para recuperar una vida digna.
Consultado sobre cómo vivió el primer año del gobierno de LLA, Kartún expresó que «hay algo no sólo de lo financiero, han bajado mucho los subsidios, han desaparecido algunos, los teatros oficiales están muy cautos con sus presupuestos, hay retracción…pero lo que más me preocupa es lo que está pasando en las trincheras de la batalla cultural. Se está librando y tengo la sensación de que gran parte del pensamiento humanista, progresista, socialista no se esperaba una avanzada tan bruta y violenta sobre ciertas zonas que se reconocían como conquistas ideológicas. Es lógico el concepto de justicia social y de pronto escuchás a un Presidente que dice que la justicia social es una mierda y entonces lo que queda es la antítesis que es la injusticia social, no hay algo en el medio, hay justicia o injusticia. Y lo que está defendido en este momento es el concepto de injusticia social, una pérdida de derechos por todos lados y por otro lado vemos valores establecidos como verdaderamente útiles, sanos, necesarios y hermosos, como la educación pública, el acceso popular a la cultura, la salud, el acceso a los remedios, la jubilación, salir a defender aquello que no necesita defensa y que estaba establecido en el mundo, por siglos, mediante luchas, conquistados y de pronto pensar todo eso en la zona de pérdidas, es un momento revolucionario de las cabezas, si las hay».
Kartún reconoce que cierto lugar de indignación es un buen motor en general para escribir, pero explica «el teatro no tiene condición periodística, no escribe sobre lo que está pasando, a riesgo de que pierda vigencia tres días después. Hay algo de proyectar en la historia, de utilizarlo como campo de reflexión y las ideas a veces no te permiten tomar imágenes del presente. Pero el presente cuando te indigna te lleva a gritar y el escribir es la manera que tenemos los escritores de gritar. El teatro es el gran medio de comunicación de la micro política, de la política cotidiana…a ver, contame cómo es tu ideología en tu casa, te veo con una pancarta en la calle, pero cómo es la ideología en tu casa? …ese fenómeno de la micro política que de alguna manera contiene en una miniatura desmesurada a veces a la gran política. El teatro trabaja sobre eso, sobre lo pequeño, la situación y sentir que la situación es la miniatura de la realidad, del país, del mundo. Entenderlo también te tranquiliza y te baja la ansiedad».
Kartún milita por la juntada. «Cada vez tengo más la sensación de la necesidad de juntarse porque en estas instancias el juntarse es verdaderamente la energía del cambio, porque solos, repartidos en las redes no somos nada, somos células muertas que las sacás con el peine. Juntos somos algo. Entonces hacer montaje, tener obras en cartel, vincularte con el público, estar en los medios como acompañamiento de tu producción artística es un momento de mucha energía».
Consultado sobre por qué el gobierno de Milei atacó con tanta virulencia a la cultura Kartún reflexiona: «El capitalismo es la valorización de lo profano, y allí entra el trabajo y la producción. Fuera de eso está lo sagrado, que es lo inútil en términos de producción, pero imprescindible para el ser humano: la fiesta, el amor, la cultura, el arte, todo sagrado en tanto inútil en términos de producción, pero imprescindible en cuanto a la buena vida. Calidad de vida sin lo sagrado no existe. A lo sagrado en general lo tenemos acorralado en la hipótesis de la religión, pero va más allá de eso. Y entender la vida desde la producción solamente es una condena a la infelicidad, a la alienación absoluta y eso se vé en los países de gran producción»
Mauricio Kartún propone asumir la batalla cultural. «Fuiste atacado, tu territorio invadido y lo bombardean permanentemente. Frente a eso tenés la posibilidad de replegarte, aguantar en las trincheras o avanzar vos también y eso es lo que hay que hacer hoy y a esa batalla hay que darla y responderla con valores, con ideas, con ejemplos. Pero ante la serie de contradicciones como las de un Presidente que vocifera que en el 2025 se eliminará el 90% de los impuestos y horas después Sturzenneger dice que no lo van a hacer, que era una metáfora, en el marco de ese disparate es muy difícil ver la realidad, en ese marco todo se vuelve inverosímil».
La batalla cultural entusiasma a Kartún, «no se habla de ganarla en el terreno del presente. Una batalla cultural apunta siempre al futuro y con el cuerpo presente. Las redes son el lugar donde todo está en el aire, vuela, desaparece con facilidad, es efímero y tienen algo del truco del mago, se hizo y desapareció, no tiene consistencia. Y hay un ejemplo de hoy con los piqueteros en la calle, eso sí es un peso concreto, crean la hipótesis del reclamo, crean malestar, y es lo único que hace que alguien pueda manifestar qué está viviendo y cómo lo vive. Creo mucho en salir, estar en las calles, en el hablar, en el comunicarse. Creo menos en las redes. La presencia, el cuerpo, a eso no se le puede pasar por encima, hay algo en esa presencia, instala algo atávico que traemos y que todavía tiene un valor extraordinario».
El dramaturgo marca una preocupación respecto a las nuevas generaciones. «Si vos te criaste con un teléfono en la mano tu comunicación va a pasar mayoritariamente por el teléfono. Si te criaste con la hijaputez presente en la cuadra de tu casa, en el colegio, tu futuro está marcado por esa realidad. Eso en una generación es tremendo. Una época donde los valores están trastocados es también un cambio en el pensamiento y si ese pensamiento fuese una hipótesis política habría que discutirlo desde la política, pero esto que ocurre va más allá, es una hipótesis filosófica y ética y ese es el verdadero problema a futuro».
Kartún se lamenta de una «zona perdida del progresismo -que es una linda palabra- el pensamiento en el progreso, no basado en la hipótesis de la dependencia de una multinacional o corporación o empresa, sino en una pyme que funcione de manera justa, en una cooperativa, con la gente juntándose y haciendo emprendimientos, poniendo el hombro juntos. Todo eso es el progresismo, no es necesariamente una fórmula aplicable a un partido político, es una filosofía, es un pensamiento. Los que trabajamos en teatro lo hacemos organizados en cooperativas y eso (se ríe) suena a soviético y Milei diría: zurdo de mierda…y sí, con orgullo y hay algo de eso que es no admitir la vida de otra manera, pensar que la vida es el crecimiento juntos, porque para volar necesitás un ala izquierda y un ala derecha batiendo juntas y si no no hay manera de crecer y es una forma hermosa, trascendente y digna de ser sostenido y establecerse como soporte de un pensamiento en la medida que lo que se dice con el pico lo sostengas con el cuerpo. Eso es dar la batalla cultural sin retroceder».
Por último le solicitamos una mirada sobre el futuro: «si alguna virtud tiene la edad es la de poder mirar el pasado en perspectiva. Soy hijo de una española que a los 16 años vino de Asturias porque había hambre en la aldea y su padre emigrado a Cuba por razones políticas no les mandaba un mango. Y mi padre, primera generación de una colonia judía en Santa Fé que habían llegado huyendo de la guerra y el hambre. Ver ese fenómeno de post guerra y de los cambios en Argentina, con lo controvertido que fue, ver las conquistas, cómo accedieron a la vivienda digna, educación, eso también me permite mirar al futuro en la hipótesis de que en esta dialéctica hay que seguir luchando para devolver eso. En este sube y baja volveremos a cambiar el equilibrio y subiremos».
Tendremos la posibilidad de reencontrarnos con Mauricio Kartún en Febrero cuando reponga en el CCC Floreal Gorini La Vis Cómica y en septiembre con el estreno de una obra en el Teatro Sarmiento del Complejo Teatral de la Ciudad.
Mientras tanto escuchá la nota completa acá. Y por mi canal de Youtube.
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