«Intervenir un libro, una película, meterse con el libre pensamiento es criminal» Marcela Ferradás

La actriz Marcela Ferradás visitó Apuntes del Porvenir en laRZ y reflexionó sobre los intentos de censura de la vice Presidenta y la Fundación Morelli sobre textos que forman parte de las bibliotecas estudiantiles en la Provincia de Bs. As. como «Cometierra», «Las Primas», entre otros: «me genera absoluta indignación y me llevó a recordar la época de la Triple A, prohibiciones anteriores, a lo peor, a lo más abyecto de la condición humana porque intervenir un libro, una película, lo que fuere, meterse con el libre pensamiento es criminal».

En diálogo con Luisa Valmaggia, Marcela Ferradás  contó que trabajó con la adaptación de la novela de Aurora Venturini para hacer el espectáculo «Yuna soy yo»  y destacó que «es un libro que habla de la resiliencia, que enseña cómo una persona, a pesar del desamor, la los problemas familiares, de una minusvalía, de todos los pesares, puede reconstruirse a si misma, erguirse en la vida. Qué puede tener de inmoral eso?. Porque habla de aborto, de discriminación de una minusválida?. Sí, habla, pero lo hace para que se ejercite el pensamiento en relación a que eso es inaceptable y también habla de sexo y es un hecho artístico y escrito con maestría».

Ferradás recuerda que a Venturini «la última dictadura militar le quemó los libros en la plaza Moreno de La Plata y la dejó sin sus cátedras en la universidad. Antes había vivido la tortura de la llamada revolución libertadora, la dejaron tirada en la calle cuando la sacaron de la cárcel por ser peronista y por haber trabajado con Evita en la Fundación, tuvo que irse al exilio en París. Dos veces la proscribieron y ahora muerta (falleció en 2015) la siguen persiguiendo. Es demencial e indignante».

La actriz reflexiona que «hay un ataque a la cultura, que es todo, que es el INTA también, que son todos los organismos de contralor para que la población esté mejor, están persiguiendo y cerrando toda posibilidad de desarrollo tecnológico, todo lo que implica la cultura, el intento es vaciarnos, clausurar, proscribir y hacer a la población más ignorante porque cuando prohibís, escamoteás, no dejás, estas clausurando la posibilidad de pensar, desarrollarse. Y las plataformas digitales y los medios son cómplices de eso».

Consultada sobre el rol del teatro y el funcionamiento en la actualidad nos  narra que lo que ocurrió en el Picadero «es todo un símbolo y se lo dije a Sebastián Blutrach el sábado en el encuentro de escritores/as». Luego, los subsidios al teatro han bajado en montos y en convocatorias. Pero el teatro es el aquí y ahora y es la relación directa entre el actor y el espectador porque esa cuarta pared se traspasa por ese ir y venir entre actores y público. Estamos tan vivos, nos sostenemos a través del deseo y como acto de resistencia y la gente lo celebra y lo necesita».

Ferradás se entusiasma y se conmueve hablando de lo que resulta vital en su existencia: «cuando hace poco estuve en Epidauro, Grecia, ese enorme teatro para 16 mil espectadores, aprendí que era parte de un complejo mayor que tenía que ver con la sanación, abajo estaba el gran hospital que abarcaba como cuatro manzanas, a donde iban a atenderse todos los griegos y el teatro era para la sanación del alma, es muy conmovedor. Y en todas las ciudades en las cuales hay grandes anfiteatros veremos que están en lo alto, porque es lo más cercano a los dioses. Para mí es eso».

Consultada sobre los próximos espectáculos que protagonizará nos cuenta que en 2025 hará «Paisaje» de Harold Pinter, con dirección y actuación también de Facundo Ramírez. Y Yuna soy yo seguirá recorriendo escenarios. «Debo confesar sin verguenza que funciona len todos los lugares y con todos los públicos, pero en La Plata tengo un anclaje, vuelvo todos los meses a la ciudad de Aurora y hay gente que la vio más de una vez y nunca me había pasado. Creo que Aurora me legó ese título y algo sigue haciendo ella para que volver a La Plata siempre sea una fiesta».

Finalmente sobre lo que implica hacer un unipersonal, Marcela Ferradás reconoce que «es un esfuerzo enorme, un salto al vacío, siempre hay algo antes de salir a escena, pero es directamente proporcional al goce. Como decía Roland Barthes, que diferenciaba los textos de placer y goce. En los primeros una reconoce los códigos referenciales y en los de goce se viven como fundantes y a mi me pasa eso con Yuna, el goce de escuchar la risa, el llanto, el silencio del público, los que se acercan luego de la función, me escriben…ese esfuerzo es nada en comparación con lo que recibo».

Marcela Ferradás se despide del encuentro abogando por la unidad en la resistencia y la resistencia unidos/as en pos de la felicidad del pueblo.

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