Cristian Thorsen y Diego Carreño, dos actores para dos unipersonales imperdibles.

Cristian Thorsen, actor protagónico de «Se despide el Campeón» y Diego Carreño, autor y actor de «La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus», visitaron Apuntes del Porvenir en laRZ y contaron sus experiencias en dos trabajos magníficos.

Cristian Thorsen: » fue un riesgo tremendo llevar la obra a los sábados a las 12.30, pero la verdad es que está funcionando bien, la gente está yendo y me resulta cómodo porque después me queda todo el día libre. La obra escrita por Fernando Zabala está basada en un ensamblado entre una imagen que vio en youtube del velatorio de un joven boxeador al que embalsamaron para la ceremonia de despedida, lo pusieron en un ring y todos pasaban a darle el último adiós, muy impresionante. Eso, según contó Fernando, lo impactó y quedó impregnado de esa imagen que después mezcló con textos del Discurso Amoroso y en esa mezcla, y con su cabeza de literato salió este texto maravilloso. Es la historia de Lopecito, mi personaje, cuyo pupilo, un joven boxeador acaba de morir y a lo largo de la obra se irán develando los motivos de su muerte, con la particularidad de que la gente ingresa a la sala y se va a encontrar conmigo, el entrenador, muy venido a menos, velando en la cocina de su propia casa a este pupilo que acaba de morir.

Diego Carreño: «En mi caso, lo que me interesa siempre es el humor literal, dentro del absurdo -soy muy fan de Leo Maslíah- y desde joven empecé a tomarle el gustito a ir encontrando el otro significado de lo que la palabra dice o quiere decir, o algunas frases que son de dudosa clasificación y me inspiré en eso para contar una historia, la de un tipo que está solo en una casa olvidada de un cerro, enviado por sus padres hace 24 años para que termine una tesis. La premisa es absurda, pero hay tantas cosas que son absurdas hoy en día que tranquilamente podría suceder. Y quería contar esta historia, de un tipo obsesionado por encontrar algún significado a figuras retóricas como la metáfora, la paradoja, la paronomasia, etc y teatralizarlas, algo que no es muy común y que pudiera ser visto no sólo por estudiantes de letras sino por el público en general».

Respecto a cómo trabajó Cristian Thorsen el personaje de un entrenador devastado nos cuenta: «Lopecito, en su acción dramática es un tipo que está destruido y desapegado a todo lo que pueda considerarse pulsión de vida. El sentido de la construcción para mí estaba clarísimo, me tenía que meter adentro del signo trágico que presentaba ese tipo y tirarme de cabeza ahí». En tal sentido le preguntamos cómo se desprende de ponerle el cuerpo y el alma a un personaje tan sufriente y nos cuenta: «cuesta sacarse a ese personaje que desciende al inframundo y el personaje se instala en una construcción trágica y va así hasta el final, son más de 60 minutos en escena y muy pegado a esas emociones. Pero al mismo tiempo te vas entrenando en la post función y te conectás con lo más horizontal de la vida, nos vamos a comer con Mariano Dossena, un gran director y entrañable amigo ni bien termina la función, me conecto con el mundo real inmediatamente, porque, si bien observé muchas veces con cierta desconfianza lo que dicen los actores, que se llevan el personaje a casa, haciendo este papel, metiéndome tan adentro, me pasaba algo de eso, al principio me costaba sacarme esa energía, la tristeza del tipo y entonces empecé a conectarme con mi hija, mi señora, me voy a comer, doy clases y ya me voy…pero sí, está el riesgo latente de llevarte un poquito del personaje a tu casa».

Diego Carreño ya va por la cuarta temporada de «La Lengua…» y como el idioma es algo vivo la obra fue sufriendo modificaciones, pero nos explica: «los que hacemos humor estamos muy apegados al efecto, sabés que probaste esto y funcionó y cuesta cambiarlo, pero igual le vas incorporando modismos. Por eso los usamos, porque se propagan y por eso la idea de que el lenguaje es como un virus, me parecía que la mejor forma de demostrarlo era con los modismos. Alguien empieza a usar, por ejemplo, procrastinar y de pronto todo es procrastinado. En algún momento -y esto viene de antaño- y lo sé porque hace años hice radio, todos dicen «vías de comunicación, nos comunicamos a través de nuestras vías de comunicación, por qué? y todos en las radios dicen lo mismo. Hay que poner el oído y estar atentos y te vas dando cuenta que todos estamos hablando igual. Hace 10 años todos decíamos que determinado estandarte era un nuevo paradigma y ahora todo es coyuntural, son modos y usos».

El tiempo es corto para desarrollar con dos actores de raza la profundidad de sus trabajos. Para conocerlos más te invitamos a que veas sus obras. Para Thorsen, «Se despide el Cammpeón» es una hermosa historia de amor y me parece bueno remarcar que es una enorme historia de amor en alguien que no la espera y uno como espectador tampoco y lo que allí se arma es mirar en otras direcciones, más oscuro, más profundo y hasta un punto más puro de nuestra propia humanidad. La obra no te deja mirar hacia otro lado». En tanto Diego Carreño subraya sobre «La lengua es un músculo, pero el idioma es un virus», detrás de la obra hay una historia también dramática, la de un tipo obsesionado, casi hasta la locura y me gusta contarla en tono de humor, que es el modo más simpático que encuentro yo».

Se Despide el Campeón, en complejo teatral Itaca, sábados 12.30

La Lengua es un Músculo, pero el Idioma es un Virus», en el Picadilly, martes a las 20.30

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